jueves, 16 de diciembre de 2010

La lección del fujimorismo

Como en el juego de la silla, la música dejó de sonar el sábado 11 (último día para inscribir las alianzas electorales) y todos formaron parejas, tercetos y hasta cuartetos, otros en cambio, patitos feos de la política peruana, se quedaron sin compañía y presumiblemente pierdan su inscripción luego de la próxima contienda electoral.  Queda en el aire la pregunta ¿qué criterio rige esta fiebre de alianzas?

Fuerza 2011: con Keiko Fujimori había rechazado la posibilidad de formar alianzas, sin embargo a último momento sumó a Rafael Rey que postulará a la primera vicepresidencia por el fujimorismo, asegurando también la sobrevivencia de su partido. La plancha presidencial, que se completa con Jaime Yoshiyama, no pretende mostrar aristas más suaves ni un lavado de cara, el fujimorismo se reafirma en su pensamiento autoritarismo y reaccionario. Pero convencer a los convencidos no facilita ganar elecciones, aún así tiene un voto duro que ronda en el 20% de las encuestas lo cual le asegura mejorar sensiblemente su representación en el futuro Congreso que se vislumbra atomizado.

Alianza Solidaridad Nacional: tras Luis Castañeda se alinean su partido Solidaridad Nacional junto con Unión por el Perú, Cambio 90, Siempre Unidos y Todos por el Perú. Algunos de los nombrados parecen restar más que sumar, pero también Castañeda gana con su alianza, acrecentando fuerzas en el Congreso. Ahora a la bancada “Comunicore” se ha de sumar la de UPP, que en el actual Congreso preside la comisión de fiscalización, por lo que va a dar una mano en la retaguardia. Integra al congresista Reggiardo proveniente del fujimorismo y Alex González que con su partido logró conquistar cuatro alcaldías distritales en el norte de Lima. Este último coqueteaba con el APRA pero al cortarse la música estaba junto a Castañeda.

Alianza Para el Gran Cambio: el “sancochado” incluye emprendedores, humanistas, sazonados con pensamiento cristiano y evangélico, el PPC pone a sus reliquias y a sus técnicos, y desde el sur vuelve San Román. Todos a bordo de la nave PPK que se pasea sonriente por la ciudad con camisas rosadas. A pesar de que no supera el 3,5% en las encuestas, él luce feliz. 

APRA: la candidata oficialista no ha logrado sumar partidos nacionales a su postulación, pero si hará alianzas con movimientos regionales. Lo cual no significa gran cosa, pues todos están en lo mismo y aprovechando que los hay de todos colores: rojos, verdes, azules y amarillos. Mercedes Araoz, busca un sitio codeándose con PPK (ambos tendrían el mismo perfil de cuadros técnicos y cuesta imaginar que diferencias programáticas podrían tener) y buscando pelea con Toledo. Pero a pesar de su empeño (ha caminado asentamientos, servido leche en comedor popular, discurseado frente a la tumba de Haya, etc.) es distraída por los periodistas con asuntos poco agradables como la mano larga de Barrios.

Alianza Perú Posible: Toledo va en alianza con Somos Perú y Acción Popular. En el conjunto de alianzas que se ofrecen en el menú es la que asoma como más natural. Un ramillete de agrupaciones de centro, que no cuestionan el modelo económico y reclaman mayor asistencia para los que el sistema está dejando afuera del festín. Vaya uno a saber qué significa eso de “gobernar con la derecha y repartir con la izquierda”, pero la pretensión es que los votantes lo veamos como el centro. Después de todo, dos ex ministros de su gobierno también postulan, uno por su derecha y el otro por su izquierda.

Fuerza Social: luego del triunfo en Lima no le faltaron pretendientes para el baile, pero prefirió ir sola rechazando los invites de Toledo. Parecía una decisión arriesgada, pero comprensible si creemos en el deseo declarado de afirmar a este partido como una izquierda democrática y liberal. Mantener buenas migas con Toledo no iba a ser difícil, por lo que rechazar la alianza no tenía porque malograr la buena relación que pueden tener Villarán y Toledo si este gana la presidencia. Pero chotear a los pretendientes que venían a diestra y siniestra, más que una decisión meditada parece ser el resultado de una suma de errores. Derrotados quienes querían aliarse con Toledo impulsan a Rodríguez Cuadros, “Nano” Guerra sale por la puerta falsa y bajo el brazo del ex canciller viene la nueva alianza, con el MNI (o Patria Roja) que días atrás estudiaba las condiciones de un acuerdo con Humala. Tierra y Libertad y la Democracia Cristiana (¿?) se suman al frente que ¿renovará la izquierda? Antes de que la música dejara de sonar dieron de baja a los fonavistas, por cuestiones de principios. Esto debemos verlo como una demostración de buenos reflejos, ¿o simplemente como una muestra de improvisación?

Partido Nacionalista: el aire de “ya lo dije yo antes” que muestra Ollanta no se condice con sus magros resultados en las encuestas. Hay varios que quieren cruzar guantes con él pero tiene la rara habilidad de pasar, por momentos, más desapercibido que Castañeda. Mantiene un halo “ultra” a pesar de sus esfuerzos, no porque se haya radicalizado en sus planteos, sino porque todos los competidores se han ido un poco más a la derecha.

Unas asoman como reafirmación de una línea (Fuerza 2011), otras como una confluencia natural ante principios programáticos e ideológicos afines (Alianza Perú Posible), mientras que el resto parecen constituidos por intereses menos prosaicos (Alianza Solidaridad Nacional, Alianza por el Gran Cambio, Alianza Fuerza Social).

El resultado de un mes de conciliábulos ha dejado un panorama paradójico. Quienes más han hecho por desprestigiar a los partidos y la política, el fujimorismo, es el único que se presenta con el perfil ideológico más definido y ello sin armar rompecabezas sumando un emprendedor por aquí, alguien que represente al norte por allá o a la sierra por acá. Una lección que bien podrían aprovechar las fuerzas de izquierda. Porque de lo que se trata es de definir un perfil ideológico que la identifique como fuerza alternativa de cambio y una propuesta con una visión de país a largo plazo, no armar combos para asaltar el cuartel de invierno y confiar en la diosa fortuna.

No basta con proclamarse afines al PT de Lula, al Frente Amplio de Mujica o admirar a Bachelet; por caminos distintos esas izquierdas son (o fueron) gobierno tras una paciente construcción de fuerzas políticas y sociales, y una historia de unidad que se mide en décadas. Haberse sacado la tinka municipal no debería hacer perder el rumbo, marcar un perfil propio y pensar en el futuro.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Los nuevos capituleros

Una mirada al panorama político de cara a las elecciones de abril próximo, me trajo el recuerdo de un personaje olvidado de inicios del siglo XX: el capitulero. Ellos fueron el centro de una red de relaciones interpersonales en la vida política, que servía como nexo entre las clases dominantes y el pueblo en tiempo de elecciones. Su función era convencer y sumar clientes al candidato, pero también atacar a las huestes adversarias y, el día de las elecciones, triangular con su bien provista billetera entre las chicherías y pulperías, las mesas de votación y el club partidario. Era una suerte de enganchador político que procuraba a los candidatos, tanto sea al Congreso como al Ejecutivo, los votos en base a la prebenda y el soborno. Si bien los había fieles a un candidato, muchos podían estar un día con los civilistas y otro con los demócratas, ser un día un entusiasta liberal y al siguiente un constitucionalista convencido, lo mismo daba. En buena cuenta no tenían más bandera que su propio olfato.

Clemente Palma satirizó a este personaje en sus “Crónicas taurinas” publicadas en la revista Variedades. En ella contó las veleidades de un capitulero de apellido Corrales que funda el Club “Unión y Reque” para apoyar la candidatura de Aspillaga, pero al ver que el viento sopla con distinto rumbo cambia de bando y se pone junto a sus huestes al servicio de Billinghurst. Estos personajes fueron requeridos por todos los partidos, caudillos como Cáceres, Piérola, Candamo, Prado, Leguía, Billinghurst, siendo abanderados de su partido recurrieron al apoyo de capituleros, lo cual les permitió entrar a los espacios menos exclusivos, y movilizar partidarios para copar las mesas electorales y eventualmente servir de claque. Como dijera González Prada era el tiempo de la política del aguardiente y la butifarra. Claro que un siglo después toda coincidencia con la realidad es pura casualidad.

El capitulero es un personaje de antaño, de los tiempos en que la política era un asunto de la élite, donde el voto se compraba y este era un derecho que ejercía menos del 3% de la población. Sin embargo, viendo la escena política hoy y las alianzas que se crean y desarman y vuelven a formarse me parece descubrirlos nuevamente, ya no formando clubes políticos para apoyar candidaturas, sino siendo ellos jefes de su propio partido, buscando alianzas que les permita sobrepasar la valla electoral o convertidos en “vientres de alquiler” de algún candidato más potable que ellos mismos.

Eso me parece ver al intentar explicarme la novísima “Alianza por el gran cambio” que postula a PPK a la presidencia. El ex premier y ministro de economía del gobierno de Toledo no es hombre de partido pero aspiraciones presidenciales le sobran. Pero su alianza con Renovación Nacional del pastor Lay, capitulero de poca monta, no es suficiente y capituleros abundan en tiempo electoral. Con el correr de los días algunas alianzas se fueron decantando, unos serían choteados (PPC, APP) por aspirantes más serios, mientras que otros se suman para no llegar solos al baile (el PH de Símon). Luego de tanto coqueteo a diestra y siniestra se encuentran al fin el hambre y las ganas de comer.

Todos convergen en “el gran combo de PPK”, que dado los antecedentes del candidato y su alianza de capituleros con vientres de alquiler lo sitúa como es el nuevo pasajero de la ya sobrepoblada combi de la derecha. Otro pasajero que, obviamente, se reclama de centro, o acaso alguien vio en tiempo de elecciones algún candidato que se diga de derechas. Para vendernos la alianza, Lourdes Flores explica que esta representa una propuesta seria que amalgama el rostro emprendedor de Acuña y su Alianza para el Progreso, con el mensaje social de Símon y su Partido Humanista, a la que se suman la pincelada evangélica que aporta el Pastor Lay que complementa el barniz cristiano del PPC. Antes  que por el gran cambio, (cuesta imaginarse a que se refiere el nombre de la novel alianza), la confluencia es por la gran necesidad de sortear la valla del 5% y no desaparecer.

Acuña, Símon y el Pastor Lay son los capituleros de nuestro tiempo. Acuña es el ejemplo más claro. Hizo una buena elección municipal y espero una llamada de Toledo o Castañeda, como sus exigencias de ocupar la mitad de la lista congresal no fue aceptada se sumó a la alianza de la que el fin de semana último parecía expulsado por un nuevo acercamiento al ex alcalde de Lima, finalmente, quizás cansado de tantas idas y venidas, decidió apoyar a PPK e integrarse al tiempo que lo hacía el PPC. Todo en cuestión de días, por no decir horas. Con su letanía habitual Sïmon nos recuerda, por si alguien pensó algo diferente, que esta es una alianza programática. Eso se da por descontado, la demora en lanzar la alianza se debió precisamente a programar el reparto de candidaturas.

Mientras estas idas y venidas ocurren entre partidos “nacionales”, a lo largo y ancho del país se producen y reproducen alianzas y acuerdos de último minuto, negociaciones febriles aquí y allá. A diferencia de antaño, los modernos capituleros tienen varios escenarios donde moverse, la mayoría de ellos ya no fundan clubes partidarios en la capital, sino que actúan en el interior del país y están a la cabeza de movimientos regionales o, según las llama la ley de partidos, organizaciones políticas de alcance local.

La política en nuestro país se ha convertido en un mercado con una clase política incapaz de procesar con eficacia y eficiencia las demandas de la sociedad. Un grupo focal puede decidir una postulación, al hay que endosarle un partido o vientre de alquiler, y si el candidato no tiene viada solo, entonces lo ideal es hacer alianzas con las decenas de capituleros nacionales y regionales. Cada elección que pasa deja un panorama partidario más desolador que el anterior, ahora con una creciente distancia entre la política nacional, la regional y la local. Los capituleros… de parabienes.

Publicado NoticiasSER.pe -01/12/2010

sábado, 13 de noviembre de 2010

Nuestros partidos: de la calle al focus group

Veintisiete partidos tienen inscripción vigente para participar en las elecciones de abril del 2011, si bien esto no es muy diferente de lo que ocurriera en elecciones anteriores, cabe preguntarse si existe igual cantidad de visiones de país. La respuesta parece obvia.  A poco menos de un mes del cierre de las inscripciones de alianzas partidarias con vistas a la elección de abril, los peruanos nos informamos por la prensa sobre las conversaciones, contactos, conciliábulos y arreglos por doquier, después de todo, está en juego la sobrevivencia de muchos de ellos, que de no alcanzar el 5% de los votos perdería la inscripción.
La sorpresa la semana pasada la dio el partido aprista anunciando la postulación de Mercedes Araoz. Si bien su candidatura había sido voseada con insistencia, no deja de sorprender su postulación que corta la carrera de otras precandidaturas anunciadas de altos dirigentes apristas (Velásquez Qusquén, Mauricio Mulder, Del Castillo…). Más allá de los problemas internos del partido, es significativo que se elija como candidata a una persona independiente y sin militancia política. No es la primera vez que el partido llama a votar a un candidato ajeno al aprismo, así lo hizo en los 30 con Eguiguren, en  el 45 con Bustamante y Rivero, y en los cincuenta votando a Manuel Pardo. Sin embargo, en esas oportunidades el APRA estaba proscrito. Ahora, que termina un gobierno que puede vanagloriarse de mostrar cifras macroeconómicas  en azul, con crecimiento económico constante y repetir  machaconamente que ha realizado “130 mil” obras, como gusta señalar el presidente, se abstiene de nombrar candidato propio. Algo que no hizo siquiera en el 90, luego de uno de los peores gobiernos de la historia republicana.
Altos dirigentes apristas han explicado que la elección de Araoz se ha realizado utilizando métodos “modernos” y “científicos”, según han señalado esto es, organizando grupos focales cuyos resultados los llevó a tomar la decisión de postular a la ex ministra de economía. No tiene nada de raro que los partidos hagan uso de estas herramientas para auscultar la opinión del electorado, tampoco que en base a ello tomen decisiones políticas, pero de ahí a elegir a un candidato a la presidencia de la república hay un trecho.
Es cierto también que de alguna manera hay que justificar al interior del partido su elección, pero las razones argumentadas para la postulación de la ex ministra de economía, da pistas del actual panorama partidario en el Perú. Por un lado, los partidos políticos son más dependientes de sus caudillos, algo que ha sido una característica casi constante en la política peruana. El Partido Civil, el Constitucional, el Demócrata, la Unión Revolucionaria, la UNO, Acción Popular, y el sinfín de partidos que en el Perú han existido no fueron capaces de sobrevivir a sus líderes. Los votos que del APRA son de García, como los del PPC son de Lourdes Flores y los de Fuerza Social son de Susana Villarán. A ello contribuye la creciente diferenciación social y el impacto masivo de los medios de comunicación. La individualidad de los candidatos es realzada por los medios de comunicación, los que a su vez se han transformado en el lugar privilegiado de la política, como antes lo fue la calle o el Congreso.
Por otro lado, antes que establecer un programa y ofrecer a la ciudadanía una serie de medidas para solucionar los problemas que aquejan a los peruanos, los partidos asumen el rol de traductores del sentimiento popular o sus estados de ánimo. Esto se hace visible en el frenesí que ocupa al Congreso cuando se dan episodios lamentables, como cuando un atraco culmina con la invalidez de una menor, o se produce una seguidilla de accidentes de tránsito; el impacto que esto produce en los medios lleva a los congresistas a actuar; entonces se aumentan las penas y se aprueba un código de tránsito para sancionar a peatones. Así el Congreso cumple con  traducir el estado de ánimo de la población, confundiendo esto con representación. Hablaríamos de representación si existieran propuestas de organización institucional de los intereses de la sociedad civil, pero aumentar penas o inventar nuevas no lo es. La noción de representación en la actualidad se aproxima a la de popularidad, por lo que tendemos a identificar a un dirigente, o partido, como representativo cuando tiene una imagen positiva en el electorado convertido en público o audiencia. Más allá de nuestras dudas, parece creíble entonces que un grupo focal suplante a un congreso partidario.
En ese rol de traductores, los partidos reducen su expresión ideológica, flexibilizan sus programas y estandarizan su imagen. Así como es mejor visto un candidato con perfil técnico y no político como Araoz, también lo es construir alianzas. La idea de partidos que sólo tengan candidatos propios no está bien vista, entonces se tramitan alianzas de última hora, que se ven facilitadas por la desideologización reinante y el culto a la “obra”. No es casual que la idea de proyecto político o de país sean expresiones de anquilosados partidos de izquierda, y es que literalmente corresponden a otro tiempo de la historia política del Perú. Susana Villarán, que se reclama como una mujer de izquierda y tiene en el “tío frijolito” su referente, hizo hincapié en su campaña en discutir aspectos técnicos de su futuro gobierno, como si la conducción del gobierno local no hubiera espacio para la política y ser de derecha o izquierda fuera irrelevante. 


miércoles, 27 de octubre de 2010

Los dilemas de Susana


Veintitrés días después de la elección municipal y con la casi totalidad de los votos contabilizados, Lourdes Flores reconoció su derrota poniendo punto final a la incertidumbre. Con ello se cierra también un capítulo crítico para los organismos electorales en nuestro país, que salen de este proceso con serias reservas sobre su actuación. Las modificaciones reglamentarias realizadas por el JNE sobre la confección de actas llevó a que una de cada cuatro en Lima fueran observadas por la ONPE, retrazando el proceso de conteo de votos. Lo insólito de la situación hizo que todas las actas observadas, la enorme mayoría por errores materiales, pasaran a manos del JNE quién dictaminó finalmente que todas eran procedentes. A todas luces la modificación del reglamento sólo contribuyó a demorar el proceso, y a dejar en manos del JNE la resolución final de la elección. No estaría de más preguntarse si esta demora en definitiva no se debe a esa guerra sorda que libran ambos organismos electorales.

El problema con la actuación de la ONPE y el JNE, es que abrió la posibilidad a que ocurriera lo mismo que en el 2006, es decir, que en mesa un candidato (Alan García) pudiera torcer la voluntad popular, como lo denunciara en su momento Lourdes Flores al perder su pasaje a la segunda vuelta. El lento avance diario del conteo comenzó a tomar otro cariz cuando algunos jurados especiales se mostraron más expeditivos que otros en su trabajo, de tal suerte que las actas de los distritos donde ganó la candidata del PPC comenzaron a contabilizarse antes acortando la distancia. Desde este partido además, se animó a la población a creer que el resultado podía ser revertido aumentando la tensión. Si bien es cierto que el margen era pequeño, no menos cierto es que ambos partidos tenían copias de todas las actas y que éstas habían sido publicadas en la página web de la ONPE, por lo que el resultado era conocido por las organizaciones en pugna. Claro, quedaba el trámite de las impugnaciones, pero el JNE ya había adelantado que la falta de firmas, sellos o fecha en las actas, no implicaría su anulación. Y así fue. Cuando el centenar de actas impugnadas fueron validadas por el JNE el PPC tuvo que reconocer la derrota.

Superado ese trance, se abre para Susana Villarán y Fuerza Social un panorama que en principio no luce muy alentador. La hostilidad desplegada contra su candidatura en la campaña no bajó su intensidad durante el conteo, y hace prever que desde el PPC, ganador en algo menos de veinte distritos en Lima, no se le hará sencilla la tarea coordinar con los alcaldes distritales. A lo anterior hay que sumar las críticas que ha recibido por el plantón realizado el lunes, provenientes del presidente Alan García, el premier, el cardenal Cipriani y buena parte de la prensa, los que avizoran no dar tregua a la nueva alcaldesa. Finalmente, el proceso de transferencia se ha demorado con el recuento de votos, y el nuevo alcalde anuncia que se tomará todo el tiempo que corresponda para iniciar la transferencia mientras se siguen negando los pedidos de información que hace Fuerza Social sobre la real situación económica de la Alcaldía. La falta de transparencia en la gestión de Castañeda y la capacidad de endeudamiento casi cubierta, da a entender que la situación en que asumirá el cargo el 1º de enero, le generara no pocos problemas a la gestión que comienza.

Pero como hemos mencionado en artículos anteriores, estas elecciones no fueron más que el partido preliminar del que se juega en abril por el premio mayor, la presidencia de la república. Fuerza Social tiene frente a sí el reto de definir como va a participar en la elección presidencial. La importancia que adquiere esta elección para la novel agrupación, es tener una bancada congresal capaz de respaldar la gestión municipal. El tema es como lograrlo, si en alianza con otras agrupaciones o en solitario. Desde Fuerza Social hay voces que se inclinan por participar en las próximas elecciones apoyando la candidatura de Alejandro Toledo. Así lo hizo Vladimiro Huaroc, ex presidente regional de Junín y uno de los dirigentes que viene trabajando con Villarán desde tiempo atrás.

Por otro lado, dentro de la agrupación hay quienes provienen del Movimiento Tierra y Libertad del padre Arana, tal es el caso de la actual regidora por Lima, Marisa Glave. El último fin de semana se celebró una reunión entre los partidos de izquierda que aspiran a reflotar Izquierda Unida y a la que también asistieron dirigentes del nacionalismo. La decisión de formar una alianza hacia el centro o la izquierda del espectro político se debe tomar en el próximo mes, pues en diciembre vence el plazo para la inscripción de alianzas. El problema es que cualquiera sea la decisión tomada es probable que esto genere la pérdida de militantes por la izquierda o por la derecha.

Queda una tercera opción, y es la de concurrir a la elección en solitario. Hace meses que se menciona a Nano Guerra García como posible candidato de Fuerza Social, y no parece una mala opción para colocar en el espectro político un candidato entre el centro ocupado por Toledo y un ala izquierda que sin Fuerza Social sería etiquetada de ultra y antisistema. El problema con esta opción es que va a generar problemas al interior del partido y recibir el fuego graneado por los dos flancos. La decisión que finalmente tome el partido puede definir el panorama político de la elección presidencial de abril. No será fácil salir bien librado de este dilema, y en ella se puede estar jugando la suerte del primer gobierno municipal de izquierda en treinta años.


jueves, 21 de octubre de 2010

A García lo que es de García

El día de las elecciones el presidente García se mostró afable ante la prensa, y sin mucho disimulo declaró su apoyo a una de las candidatas al municipio de Lima. De paso aconsejó a la audiencia esperar los resultados finales y no dejarnos fiar por los resultados a boca de urna, consejo útil teniendo en cuenta como llegó a la segunda vuelta en la elección del 2006.

En la semana siguiente y con la confirmación del magro resultado obtenido por su partido, a lo que se sumaba una nueva derrota en Trujillo y el traspié de su favorita en Lima tal vez el buen talante le cambió. Quizás esto explique su irritabilidad y pocas pulgas el día que visitó el Hospital Rebagliati y un joven lo agrediera verbalmente. García, a pesar de estar rodeado de su seguridad, respondió propinándole una cachetada. La noticia no demoró en llegar a la prensa, a pesar que se hizo lo posible por ocultar la noticia primero, y luego tergiversar los hechos, con el único resultado de hacer menos creíble la versión oficial.

Para complicar un poquito más las cosas apareció un defensor de la dignidad presidencial que asumió las culpas, y García avaló lo que parece una mentira, señalando que el no era “acuseto”. Todo un enredo que comenzó a tener un cariz diferente cuando súbitamente dos programas televisivos cancelan su salida al aire, El Francotirador de Jaime Bayly en Canal 2 y el programa de Canal 5 Enemigos públicos. No salieron al aire por decisión de los propietarios de los medios, quienes advirtieron, seguramente con razones fundadas, que emitir reportajes sobre la cachetada presidencial iba a entorpecer sus relaciones con el poder.

Lo cierto es que el presidente anda de malas. Hace un mes atrás debió dar marcha atrás con el Decreto 1097 que pretendía beneficiar al Grupo Colina y otros militares acusados de violaciones a los derechos humanos, ante la carta renuncia de Vargas Llosa al Museo de la Memoria. Luego vinieron los malos resultados electorales, que demostraron que no era tan cierto aquello que había afirmado tiempo atrás, respecto de que si bien el no podía hacer ganar a un candidato, si podía hacer que no ganara quien él no quisiera. Tal vez este perdiendo las habilidades que todos le reconocemos, ese olfato de viejo sabueso de la política, capaz de intuir el sentir popular y hacer el gesto oportuno para ganar el aplauso. A veces cuesta entender ciertas conductas humanas. Pero en el caso de García, tengo la sensación de que ante una metida de pata (o mano) tiende a escaparse hacia delante. Generando nuevos hechos, introduciendo temas en la agenda pública y distrayendo nuestra atención. Sino, ¿como explicar la decisión de declarar la imagen del Señor de los Milagros como Patrono del Perú?

En Palacio, frente a la imagen venerada y una multitud reunida al pie del balcón, García firma la ley aprobada por el Congreso.  Nos preguntamos si García recuerda que, según reza la Constitución, él personifica a la Nación y es el Jefe del Estado, de un Estado que no es confesional precisamente. A santo de que entonces hacer aprobar una ley, que no tiene mayor sentido que congraciarse con la tribuna. Seguramente por la misma razón que la aprobó el Congreso, buscando el aplauso fácil, aunque habría que ver que tan efectivos son estos fuegos de artificio o simple distracción.

Declarar “Patrono de la Espiritualidad Católica del Perú”, parece una intromisión indebida del Estado en temas que no le compete, al menos desde que existe la separación entre Estado e Iglesia. “Al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”

Es cierto que García ya no comulga con el Haya de la Torre de los tiempos originarios del APRA, prefiere en todo caso versiones posteriores. Aún así no creemos que se haya olvidado que en mayo de 1923 el joven Haya se levantó contra la consagración del Perú al Corazón de Jesús, denunciando la utilización política que de ese acto hacía el presidente Leguía. Para el fundador del aprismo con ese gesto se estaba cercenando la libertad de pensamiento. Encabezó una multitudinaria manifestación de rechazo que fue reprimida por la policía y cuyas consecuencias fueron la muerte de un obrero y un estudiante. En lo personal, para Haya significó la clandestinidad primero, ser enviado preso a San Lorenzo después y finalmente el exilio.

García, con más suerte que Leguía, se vale del sentimiento católico del pueblo peruano para ganar unos puntitos, para ello le sirve de comparsa el Congreso siempre deseoso de congraciarse con la opinión pública. La dignidad presidencial que García defiende, a cachetazo limpio, también se mancha con gestos populacheros e inocuos.
Publicado 20/10/2010 - NoticiasSER.pe

jueves, 14 de octubre de 2010

Voto electrónico: problema y posibilidad

Esta semana el Congreso de la República vuelve a debatir la implementación del voto electrónico. La coincidencia en el tiempo las elecciones presidenciales en Brasil y las regionales y municipales en nuestro país, puso en evidencia los problemas de nuestros organismos electorales. En esta columna hemos celebrado la actuación del JNE por la actitud imparcial que asumió en el trámite de las impugnaciones de los candidatos, sin embargo, producida la elección, el sistema vuelve a mostrar sus deficiencias. Una modificación tardía en los procedimientos tuvo como resultado que la cuarta parte de las actas de la elección en Lima hayan sido observadas. La lentitud en el procesamiento de esas actas no permitirá conocer oficialmente a la alcaldesa electa hasta por lo menos tres semanas después de la elección, lo que ha dado pie a todo tipo de suspicacias. Para colmo, los organismos electorales en lugar de buscar la forma de agilizar los procedimientos han entrado en dimes y diretes responsabilizándose mutuamente. La diferencia con las elecciones brasileñas no puede ser más evidente, en ese país votaron 180 millones de electores, diez veces más que en el Perú, y los resultados se conocieron a las tres horas haber cerrado las mesas de votación.
Al día siguiente de la elección, políticos de diferentes tiendas han salido a opinar a favor y en contra del voto electrónico. El problema al que se alude con mayor frecuencia es a la posibilidad de hackear la máquina y así torcer los resultados. Si bien no existe máquina cien por ciento segura, la urna electrónica diseñada por ONPE entrega una constancia de voto a cada votante (cual cajero automático) el que este deposita en una urna. Al final de la votación la máquina expide los resultados, y para quienes tengan dudas se pueden contar los voucher en forma paralela para confirmar los resultados que arroja la máquina. El hecho de que el elector reciba una constancia de su voto reduce al mínimo la posibilidad de fraude, cosa que con los procedimientos manuales actuales está muy lejos de suceder.

Las ventajas que tiene el voto electrónico son: hace más sencilla la votación para los electores, reduce las tareas de los miembros de mesa, hace más rápido el escrutinio, las máquinas transmiten electrónicamente los resultados para su consolidación, disminuye los costos del proceso electoral para quienes lo organizan y para los partidos, se ahorran gastos de papel y materiales, da mayores garantías a los partidos en la medida que no requieren tener personeros en cada mesa, elimina los votos anulados, ya que el sistema no permitirá opciones inválidas de votación.

La discusión sobre su implementación no se da en el mejor momento, estamos saliendo de un proceso electoral que no acaba y ya todos los partidos están con la mente puesta en la presidencial de abril próximo. La experiencia internacional, y el sentido común, indican que su implementación debe ser progresiva para que el sistema se adapte a las particularidades del país y los electores se eduquen en el nuevo sistema de votación. Así lo hizo Brasil que comenzó a hacer pruebas en la década de los 90. En las elecciones de 1996 se uso a gran escala en las elecciones municipales donde votaron electrónicamente 33 millones de electores. Amplió el número de circunscripciones que utilizaron máquinas de votación en las presidenciales del 98 y en las elecciones municipales del año 2000 todas las mesas votaron electrónicamente. Desde entonces el sistema se viene aplicando con éxito.

El otro país latinoamericano que tiene implementado el voto electrónico es Venezuela. Quienes se oponen a este sistema se apoyan en las denuncias que la oposición venezolana hiciera a Hugo Chávez sobre manipulación de los resultados y la pérdida del secreto del voto. No es cierto, esas acusaciones han sido desmentidas por misiones de la OEA que auditaron las máquinas y los procedimientos. De hecho los cuestionamientos se hicieron en las legislativas y presidenciales de los años 2005 y 2006 respectivamente, pero nadie ha escuchado quejas al sistema de votación en las legislativas de este año, donde la oposición obtuvo mejor votación. Lo que demuestra la experiencia venezolana es que implementar un nuevo sistema de votación requiere de un amplio consenso entre los partidos.

Otro caso interesante, y del que podemos sacar lecciones útiles para nuestro país, es el de Paraguay. Con el apoyo de Brasil que facilitó urnas electrónicas, se hizo en las municipales del 2001 una primera prueba no vinculante en la que votaron poco más del 1% del electorado. En las elecciones municipales y presidenciales siguientes la mitad de los electores utilizó este sistema con éxito, y se planificó alcanzar al 100% en el 2008. En las internas de los partidos para esa elección se utilizó el voto electrónico, pero los derrotados denunciaron fraude y pusieron en tela de juicio el sistema, por lo que en las elecciones presidenciales del 2008 se dio marcha atrás y se volvió a los procedimientos manuales.

Estas y otras experiencias deben tomarse en cuenta a la hora de implementar el voto electrónico en nuestro país.

Publicado en Noticias SER - 13/10/2010

miércoles, 6 de octubre de 2010

La batalla por Lima

A pesar de que los organismos electorales aún no permiten afirmar el triunfo de Susana Villarán, es virtualmente la candidata electa a la Alcaldía de Lima. Termina con ello la cruzada emprendida por la derecha “bruta y achorada”, como la llama Tafur, que apeló a casi todo en la última semana para revertir el previsible desenlace de la elección municipal. En los próximos días conoceremos los resultados finales y el anecdotario que deja la elección, porque, como dejara ver el propio Alan García, hubo una batalla final que se decidió en las mesas voto a voto. De esa batalla final hay al menos un 20% de actas malheridas, que previsiblemente aumentarán la ventaja de la candidata de Fuerza Social.

En la última semana de campaña desfilaron por los medios desde lectores de labios, pitonisos, fantasmas, hasta congresistas de diverso pelaje (¿con licencia parlamentaria?), echándole más carbón a la locomotora Lourdes convertida en el mascarón de proa del buque fantasma. Es difícil que los tinterillos y sostenedores de micrófono (hablar de periodistas puede ser un exceso) hagan un mea culpa del papel que jugaron en esta batalla, después de todo cuidan sus frejoles. Pero el resultado manda, y ojala comprendan que el macartismo practicado ya no funciona. Un dato que en su balance debería estar presente, es que Susana mantuvo la intención de votos que tenía el fin de semana anterior, donde las encuestadoras le daban un 40%, cifra que se confirmará con los resultados finales.

Esas cifras indican el acierto de quienes condujeron la campaña de Susana Villarán. En particular, me encuentro entre quienes hubiera preferido que la candidata no dejara pasar todos los ataques y mostrar una actitud más respondona sin contestar agravios. Pero la apuesta que hizo su comando de campaña quedó refrendada con los resultados, y con ello demostró tener la lectura más acertada de los sentimientos de un electorado que descree de la política y los políticos. La izquierda ha descubierto en Susana Villarán un capital enorme, y dependiendo de la gestión que cumpla en la municipalidad, con proyecciones de futuro. Ojala prime la cordura y se entienda que mucho antes que de izquierda, esos votos son de Susana y de nadie más. Consolidar ese capital electoral no será tarea fácil, los retos que asumirá el gobierno de Lima son enormes, sino recordemos por un instante el caos que fue movilizarse por la ciudad para ir a sufragar.

Un vistazo a las elecciones en los distritos de Lima y las regiones deja ver que la fragmentación avanza al tiempo que los partidos nacionales retroceden. Esto deja un escenario muy complejo para la gobernabilidad futura. Villarán no contará con alcaldes distritales, aunque si regidores en varios distritos, y es probable que el próximo presidente no sea precisamente un aliado. Inevitablemente tendrá que tener un buen diálogo con unos y otros. Lo mismo le ocurrirá al futuro presidente, que tendrá que lidiar con una mayoría de gobiernos regionales a cuyo frente se encuentran caudillos locales. En el escenario que se está configurando la sensación que nos queda es que vamos a necesitar políticos capaces de dialogar y concertar, ante la miríada de proyectos políticos locales de difícil articulación.

Hace cuatro años atrás, un compungido Alan García confesaba a la prensa haber llorado la derrota del APRA en Trujillo a manos de César Acuña. Hasta el momento no se ha manifestado, pero la derrota en el corazón del sólido norte es un hecho. Acuña es reelegido y su partido, Alianza para el Progreso, parece tomar la posta en el antiguo bastión del partido de la estrella. Para el APRA la derrota lo vuelve más dependiente de García, sin él en la contienda no hay quien arrastre una locomotora que luce anquilosada. Ni la mano que el ex premier Velásquez Quesquén diera a su preferido en Lambayeque parece dar resultado, como tampoco lo dio en las demás regiones. En Lima, donde soterradamente se trabajó por la candidatura de Lourdes Flores, el éxito también se mostró esquivo en los distritos, y nos encontramos con la paradoja de que el partido de gobierno que se jacta de haber capeado la crisis económica, sacar a miles de peruanos de la pobreza y otras linduras, no recibe el favor de los electores. El triunfo de Susana en Lima ha de ser otro golpe que tal vez merezca el sollozo presidencial.

Al momento de cerrar esta columna, la página web de la ONPE no tiene resultados definitivos en ninguna de las circunscripciones electorales del país. Ni siquiera del referéndum del FONAVI, aunque se da por descontado el triunfo del Si. La demora en la entrega de resultados, los problemas ocurridos en algunos locales de votación y la actitud de algunos personeros nos hace pensar que es hora de hacer una revisión del funcionamiento de los organismos electorales. Ante la fragmentación extrema, lo cual dificulta enormemente el conteo en las mesas y da lugar a maniobras de todo tipo de parte de los personeros, una alternativa confiable puede ser la implementación del voto electrónico. Pero mientras sigan primando las malas artes de quienes se han formado en la misma escuela de Barba Caballero, parece poco probable que haya cambios en ese sentido.

Publicado en NoticiasSER.pe - 07/10/2010

martes, 28 de septiembre de 2010

En la recta final

A cinco días de los comicios se celebró el esperado debate entre las dos candidatas que lideran la intención de votos por la alcaldía de Lima. Según la última encuesta de Ipsos Apoyo, Susana Villarán iba al frente con 40% y Lourdes Flores llegaba al 28%, con un 9% de indecisos. Con esos resultados a la vista, las estrategias diseñadas por los comandos de campaña se dieron dentro de lo esperado, una atacó para achicar la brecha que las separa y la otra candidata evitó caer en provocaciones centrando sus intervenciones en su propuesta. Lamentablemente no sabemos que impacto tendrá esto en el electorado ya que existe la prohibición de divulgar encuestas en la última semana de la campaña. A pesar de ello, la encuesta mencionada dejo ver la continuidad de las tendencias del electorado. Mientras la candidata de Fuerza Social seguía creciendo en su intención de voto la candidata del PPC luce estancada o ha descendido levemente. El sorprendente ascenso de Villarán, que en poco más de dos meses multiplicó por diez su intención de votos, nos hace preguntar como deciden su voto los limeños.

En general los analistas insisten en señalar que este es un voto desideologizado y que el electorado es imprevisible y volátil. A ello hay que agregar que los votantes definen su voto por cuestiones diversas, unos lo harán por ideas y propuestas, otros por el beneficio que le prometan, por la simpatía que le despierte la candidata, la identificación con ella u otra. Cuantos se deciden de una u otra forma, o por una combinación de ellas, es algo que no sabemos, aunque un reciente estudio realizado para el JNE da algunas pistas. Según el mismo, la ciudadanía tiene escaso interés por la política, la identificación partidaria es baja y más del 60% no conoce los términos izquierda y derecha. En ese contexto, dice el estudio señala que los medios y la familia tienen más influencia en la decisión del elector.

En la encuesta de Ipsos-Apoyo[1] se le preguntó a los encuestados las razones por la que votarían a Lourdes o Susana y se les dio una serie de opciones. Podemos agrupar estas respuestas en dos grandes categorías, por un lado aquellas que tienen que ver con las ideas, programas y la capacidad de las candidatas para llevarlos a cabo, y por otro, aquellas que hacen alusión a características personales como parecer honesta y sincera, entender las necesidades de la gente y la simpatía que despiertan. De ello resulta que los votantes de Lourdes Flores decidieron su voto por las ideas y propuestas de la candidata (62%), por tener carácter para dirigir la municipalidad (39%) y por su equipo técnico (27%). En su caso, estas razones pesan más que su honestidad y sinceridad (28%), entender las necesidades de la gente (17%) o la simpatía que despierta (7%). De ello resulta que casi las tres cuartas partes de los votantes de Lourdes lo harán por su programa y su capacidad de gestión. En el caso de Susana, si agrupamos de igual forma las respuestas de sus votantes, algo más de la mitad lo hace por su programa y capacidad para dirigir la municipalidad, y algo menos de la mitad por atributos personales (honestidad, sinceridad, simpatía y empatía con el votante).

Si cruzamos estos resultados con la intención de votos de una y otra candidata, resulta que los votantes que definen su voto de acuerdo a las ideas y programas de sus candidatas y capacidad para ejecutarlas es relativamente el mismo en ambas, en torno al 20%. Donde se produce la diferencia es entre los votantes que definen su voto por la empatía e identificación con ellas, es entre ese tipo de votantes donde Susana marca la diferencia. Esto puede darnos alguna luz sobre porqué los ataques que ha recibido en la última semana la candidata de Fuerza Social no han logrado detener su crecimiento en las encuestas. Su principal capital político está en la empatía que ha generado con los electores y su credibilidad. Si tal cosa no varía es difícil que pierda la elección.

De todas formas, el ascenso meteórico de su candidatura y la composición de sus votantes da también una idea de lo frágil de sus adhesiones. En la recta final de la campaña es de preveer que los ataques a ambas continuarán hasta último minuto, o incluso después. Hasta el momento los organismos electorales han tenido una actuación impecable, en particular el JNE. Pero, no está demás alertar sobre posibles intentos de torcer la voluntad de los electores. En una nota aparecida en el diario Correo y firmada por Barba Caballero, propietario de un conocido vientre de alquiler y tránsfuga profesional de la política criolla, da consejos sobre como deben actuar los personeros para anular los resultados en aquellas mesas cuyos resultados son adversos. Estemos atentos.

Publicado en Boletín SER - 28/09/2010


[1] Vea la encuesta completa en: http://www.ipsos-apoyo.com.pe/sites/default/files/opinion_data/Opinion%20Data%20Especial%2026%20set%2010.pdf

jueves, 23 de septiembre de 2010

Puras elucubraciones

En los primeros meses del año se fue aclarando el panorama de las candidaturas para las municipales de octubre y las presidenciales del próximo año. La cercanía de una y otra elección hizo que los candidatos midieran el efecto que podía tener un traspié en el partido preliminar, avizorando que levantar cabeza para el partido de fondo no sería tarea sencilla. Pero que Toledo, Castañeda, Humala, Keiko y por carambola el APRA (que llegó a tener dos y se quedó sin ninguno) no presenten candidatos, no significa que no pretendan influir en la campaña municipal tratando de acomodar el escenario a sus intereses. Después de jugar con la posibilidad de postular por tercera vez a la presidencia, Lourdes se decide por la contienda municipal, tal vez imaginando que en esta liga la hacía.  

Ahora que nos acercamos al desenlace y con los resultados casi cantados, hagamos un paneo de los jugadores del partido de fondo:

ALEJANDRO TOLEDO: Será el candidato de Perú Posible (¿hay otro?) aunque sigue diciendo que lo piensa. Se pasó cuatro años yendo y viniendo, en cada visita se trenzaba con cuanto aprista estuviera dispuesto (y estos hacen cola). Debió respirar aliviado cuando Lourdes tras deshojar margaritas se definió por la Alcaldía y le dio su apoyo desde un comienzo. Después de todo, iban a disputarse el mismo electorado y la derecha luce sobrepoblada. Pero al parecer cometió un error de cálculo, según se ha dicho, de Perú Posible salió la tacha a Kouri, que esta prosperara determinaría la suerte de su aliada. Un mes atrás cuando Susana subía en las encuestas lanzó piropos a una y otra, el roche que produjo tal vez lo llevó a reiterar días más tarde que votaría por Lourdes.

VELAZQUEZ QUESQUEN: Dejó el premierato para postular por el APRA, (aunque eso no está definido), en una coyuntura complicada para el gobierno pero que no afectó su imagen. Con perfil bajo, superó todas las expectativas que se tenían sobre su gestión. Unas semanas atrás salió a declarar a favor de Lourdes y repitió las críticas al entorno de Susana. Lourdes agradeció gentilmente y hablo del trabajo conjunto que puede realizar con el gobierno (el mismo que criticaba hasta hace no mucho). Nadie espera que gane la presidencia, en especial su jefe, pero sí una bancada nutrida que cubra las espaldas de los compañeros. Pero, ¿Qué quiere el jefe? El hombre es el único que juega a largo plazo y a Lourdes la derrotó dos veces.

LUIS CASTAÑEDA: después de ocho años en la Alcaldía de Lima y con altos niveles de popularidad sostenida en el tiempo, se lanza a la presidencia. A pesar de ello, no la tiene nada fácil. En poco tiempo pasó de tener un par de congresistas a formar la “Bancada Comunicore”. Colocó a su hijo en la lista de Lourdes, quien se proclama su continuidad. Dio audiencia a todos los candidatos municipales en dos días, una hora para que cada uno escuchara lo que él quería decir. A la semana siguiente invitó a los candidatos a un paseo en el Metropolitano, pero no ha vuelto a insistir con ello. En los últimos días ha jugado fuerte por Lourdes, piensa que con en la Alcaldía se pueden destapar cosas inconvenientes en plena campaña electoral.

OLLANTA HUMANA: el día que se divulgan la primera encuesta que da a Susana como puntera en la elección salió a declarar el apoyo de las bases del Partido Nacionalista por su candidatura. En los días siguientes se produjo una serie de dimes y diretes sobre nacionalistas en las listas de FS en los distritos, entre la candidata y los que insistían en apoyarla. Quedó claro que es un apoyo no querido. No se entiende que pretende Humala, ¿ganarse alguito pegándose a la favorita? ¿darle el abrazo del oso? Pensaría que le conviene que gane Susana. Que una fuerza de izquierda gobierne Lima podría hacer más potable su candidatura, pero actúa como si la sintiera su competidora. Viajó a EEUU tratando de suavizar su perfil chavista, da la impresión que no hubo mayores resultados y no tuvo mucha atención de la prensa.

KEIKO FUJIMORI: desaparecida en acción. Sus apariciones son esporádicas, la última para comentar la encuesta en la que está puntera. Dijo no votar a Lourdes porque representa a la “derecha elitista” y está en las antípodas de Susana, su candidato fue Kouri. Las prácticas fujimontesinistas redivivas en esta campaña, hacen verosímil que de su entorno provenga el chuponeo a Lourdes. Si gana Susana, podría golpear la candidatura de Castañeda y Toledo podría verse afectado, dejándole un mejor escenario para las presidenciales.

Como decimos en el título, se trata de puras elucubraciones. El escenario no es el mismo con Susana que con Lourdes en la Alcaldía, sin embargo, lo dicho no son más que hipótesis.


Primer encuesta nacional urbano-rural de Ipsos Apoyo -

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Keiko Fujimori: 24%

Luis Castañeda: 19%

Alejandro Toledo: 16%

Ollanta Humala: 14%

En una segunda vuelta Fujimori vende a Humala y Toledo, pero pierde con Castañeda. Humala también pierde con Castañeda.

Carlos Basombrío resume estos resultados en Perú21 y señala lo siguiente:
En general, me parece que Fujimori y Toledo deben sentirse contentos con los resultados y que los perdedores son Humala y Castañeda. Esta encuesta confirma que el escenario rural favorece a Fujimori y a Humala. La sorpresa es que Ollanta tiene poca representación y queda en el cuarto puesto. Es un golpe fortísimo para su candidatura, teniendo en cuenta los últimos acontecimientos políticos de Lima. Lo concreto es que sufrió un desgaste y es improbable que pueda crecer. En cuanto al bajón de Castañeda, era previsible porque se trata de un alcalde de una ciudad y mucha gente del campo no lo conoce. A esto se suman las denuncias muy documentadas sobre Comunicore. Asimismo, la cercanía entre Castañeda y Toledo es interesante porque prácticamente se convierte en un empate y parece que uno de los dos se enfrentará a Fujimori.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Genio y figura hasta la sepultura

José Barba Caballero podría llevarse sin mucho esfuerzo el "tránsfuga de oro" de la política peruana. Congresista aprista en los ochenta tras el golpe de Fujimori fundó CODE (Coordinadora Democrática) y fue electo para la Constituyente. Luego se unió a Renovación y en el 2001 se alió al PPC, siendo electo congresista por Unidad Nacional. En el 2005 disolvió su partido al descubrirse que estaba inscrito con firmas falsas, pero ya había fundado Cambio Radical e integró Unidad Nacional sin presentar candidatos. Como buen conocedor de los vericuetos legales, la triquiñuela hizo salvar el partido de la pérdida de inscripción.

Con su cinismo habitual a comienzos de año decía tener el partido más pequeño del mundo con tres miembros (él, Bayly y Ghersi). El partido fue ofrecido a Bayly para que postulara a la presidencia, pero en un cambio abrupto negoció con Alex Kouri para candidatear a la Alcaldía de Lima. De ahí surgió el mote "vientre de alquiler". Pero ya es historia. Por unos meses guardó prudente silencio, pero ahora, probablemente aburrido o buscando chamba, ofrece sus servicios sin el menor pudor.

¿Alguien por ahí que quiera ganar una elección en forma rápida y sencilla? Lea las recomendaciones de Barba, el hombre se la puede hacer linda. Lo que sigue es su columna de opinión publicada por el Diario Correo.

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La última batalla
20 de Setiembre del 2010


Para los que no lo saben, en todas las elecciones hay fraudes y casi todos los candidatos preparan a sus personeros no sólo para defender los votos de su agrupación, sino también para hurtar furtivamente tantos votos como sea posible. Este fraude se da sobre todo en las mesas electorales, pero también en las oficinas distritales de la ONPE, que emiten resoluciones con resultados diferentes a los consignados en las actas. Es por estas razones que todo partido que compite en serio sabe que debe organizarse para evitar la distorsión de la voluntad popular. Suena fácil, pero no es tan fácil.

En primer lugar, no es sencillo encontrar representantes legales y técnicos calificados para acreditarlos ante los organismos electorales. En segundo lugar, se necesita de 31,455 personeros de mesa (más cinco mil suplentes) para cubrir todos los centros de votación. En tercer lugar, se requiere de una esmerada logística para entrenarlos, movilizarlos, atenderlos y, por supuesto, de un centro de cómputo paralelo al del JNE para saber dónde plantear nulidades. Si un partido tiene cubiertos estos detalles estratégicos, he aquí sólo dos ejemplos de lo que tal poder puede lograr: a) En los cerros de Lima y sus alrededores hay cerca de dos millones de votos con un marcado desinterés político; lo cual quiere decir que quienes pueden terminar confeccionando el acta final de escrutinio son los personeros de los partidos políticos. Esas miles de actas que en todas las elecciones se ven, donde casi todos los electores han votado por una determinada opción, o donde dos partidos se han dividido matemáticamente los votos, son claramente fraudulentas, pero absolutamente válidas. b) Gracias a las encuestas, todos los partidos saben en qué zonas irán de primeros, segundos o terceros. Con esta información se puede entrenar personeros para que las mesas con votación desfavorable sean nulas (basta agregar un dígito). En cambio, en los distritos totalmente favorables, los personeros serán capacitados para evitar cualquier nulidad.

No estoy diciendo que hay que hacer trampa; pero el que no se organice para impedirla, se llevará la sorpresa de su vida, tal como puede sucederle a Susana, que no tiene candidatos en 17 distritos de Lima. Una campaña es una inversión muy grande en todo sentido, y todo esto se irá al tacho si en la última y decisiva batalla, que es la hora de contar los votos, no estamos allí. "El que tenga oídos para oír, que oiga".

martes, 21 de septiembre de 2010

Piano piano si va lontano[1]


A pocos días de las elecciones municipales las últimas encuestas anuncian que Susana Villarán encabeza las preferencias de los votantes limeños para ocupar la Alcaldía de Lima. Dos meses atrás la candidata de Fuerza Social aparecía instalada en un tercer lugar y su participación en la contienda electoral no dejaba de ser testimonial en un escenario polarizado entre Lourdes Flores y Alex Kouri. La lideresa del PPC marcó la cancha, trazando una línea que separaba la decencia de la corrupción. La estrategia fue adecuada y rindió frutos, y tal parecía que bastaba con mantener el buen talante, insistir con proclamarse la continuidad de Castañeda y poner piloto automático para llegar a la alcaldía. Sin embargo ocurrió algo imprevisto, el Jurado Nacional de Elecciones aceptó la tacha interpuesta a la candidatura de Kouri en el momento en que arreciaban las críticas a Lourdes por sus vínculos con Cataño.

La salida de Kouri fijó la atención en la candidata de Fuerza Social, súbitamente ubicada en segundo lugar. La derecha más conservadora comenzó una campaña de satanización a la que incompresiblemente se sumó Lourdes, cambiando el talante de su discurso, adoptando la vieja estrategia del miedo. Ataca a su rival por asociarse con la “izquierda radical”, la misma que lleva treinta años participando en elecciones y que como dijera Mirko Lauer, tiene el doble mérito de seguir haciéndolo a pesar de los magros resultados que obtiene. A pesar de que la trayectoria de ambas candidatas se mide en décadas, Susana aparece hoy como la cara nueva de estas elecciones, mientras que Lourdes es la figurita repetida que “bajó” por el premio consuelo. Hoy paga la factura del sentimiento antipolítico y antipartido que ha ganado hace tiempo al electorado.

Para desgracia de Lourdes, los ataques al entorno de su rival vuelven contra ella como un boomerang, al no querer o no saber como deslindar de inesperados apoyos que restan más de lo que suman y por la aparición de los “potoaudios”. Quienes le pusieron el mote de candidata de los ricos en la campaña presidencial del 2006, declararon su simpatía por la pepecista (¿el abrazo del oso?), sumándose al apoyo de Toledo y los guiños de Castañeda. Pero si Lourdes abandono la carrera presidencial por la municipal pensando tener un camino con menos sobresaltos, no previó que esta campaña es la antesala del premio mayor y hay quienes se preparan para jugar el partido de fondo interviniendo en el preliminar. Si queda fuera de carrera ya no será rival en el 2016, y con Villarán en la alcaldía algunos apuestan a golpear a Castañeda desbrozando el camino para el fujimorismo.

Los “potoaudios” son la expresión de una lucha fratricida en la derecha peruana. La idea que promueve el comando de campaña de Lourdes, diciendo que esto muestra el rostro humano de la candidata y que terminará beneficiándola al victimizarla es, por decir lo menos, ingenua. Los audios hasta ahora conocidos dejan ver una candidata irascible que piensa que las encuestadoras confabulan contra ella, que tiene contactos con lobbistas de dudosa reputación apresurados por hacer negocios con la municipalidad y, que desde su entorno se coordinan los ataques de la prensa a su rival. Si en el entorno de Susana hay lobos, en el de Lourdes abundan personajes que podrían figurar como extras en una segunda versión de Thriller.

A casi tres décadas del gobierno de Alfonso Barrantes la izquierda logra reagruparse con una candidata que se proyecta como una opción de cambio responsable y, vaya sorpresa, se reclama de izquierda sin que eso le quite votos. El entusiasmo que Susana ha despertado en la izquierda peruana no debe hacer perder de vista que aquí nadie tiene los votos asegurados, y que si hoy tiene la expectativa real de llegar a la alcaldía se debe tanto a virtudes propias como errores ajenos. Hay quienes piensan que si Susana no gana la alcaldía debiera ubicarse en el partidor de la carrera presidencial. No lo creo. Tras décadas de pensar en atajos y elucubrar asaltos al palacio de invierno, más convendría que siguieran el ejemplo de sus pares brasileños y uruguayos, que cimentaron su camino a la presidencia en la experiencia adquirida gobernando en las municipalidades y gobiernos estaduales, fogueando profesionales y equipos técnicos y mostrando que son una real alternativa de cambio. La izquierda sale del letargo y se moderniza, ojala la derecha siga el ejemplo.

Publicado en NoticiasSER.pe - 22-09-2010

[1] Frase italiana que invita a la prudencia.