miércoles, 6 de octubre de 2010

La batalla por Lima

A pesar de que los organismos electorales aún no permiten afirmar el triunfo de Susana Villarán, es virtualmente la candidata electa a la Alcaldía de Lima. Termina con ello la cruzada emprendida por la derecha “bruta y achorada”, como la llama Tafur, que apeló a casi todo en la última semana para revertir el previsible desenlace de la elección municipal. En los próximos días conoceremos los resultados finales y el anecdotario que deja la elección, porque, como dejara ver el propio Alan García, hubo una batalla final que se decidió en las mesas voto a voto. De esa batalla final hay al menos un 20% de actas malheridas, que previsiblemente aumentarán la ventaja de la candidata de Fuerza Social.

En la última semana de campaña desfilaron por los medios desde lectores de labios, pitonisos, fantasmas, hasta congresistas de diverso pelaje (¿con licencia parlamentaria?), echándole más carbón a la locomotora Lourdes convertida en el mascarón de proa del buque fantasma. Es difícil que los tinterillos y sostenedores de micrófono (hablar de periodistas puede ser un exceso) hagan un mea culpa del papel que jugaron en esta batalla, después de todo cuidan sus frejoles. Pero el resultado manda, y ojala comprendan que el macartismo practicado ya no funciona. Un dato que en su balance debería estar presente, es que Susana mantuvo la intención de votos que tenía el fin de semana anterior, donde las encuestadoras le daban un 40%, cifra que se confirmará con los resultados finales.

Esas cifras indican el acierto de quienes condujeron la campaña de Susana Villarán. En particular, me encuentro entre quienes hubiera preferido que la candidata no dejara pasar todos los ataques y mostrar una actitud más respondona sin contestar agravios. Pero la apuesta que hizo su comando de campaña quedó refrendada con los resultados, y con ello demostró tener la lectura más acertada de los sentimientos de un electorado que descree de la política y los políticos. La izquierda ha descubierto en Susana Villarán un capital enorme, y dependiendo de la gestión que cumpla en la municipalidad, con proyecciones de futuro. Ojala prime la cordura y se entienda que mucho antes que de izquierda, esos votos son de Susana y de nadie más. Consolidar ese capital electoral no será tarea fácil, los retos que asumirá el gobierno de Lima son enormes, sino recordemos por un instante el caos que fue movilizarse por la ciudad para ir a sufragar.

Un vistazo a las elecciones en los distritos de Lima y las regiones deja ver que la fragmentación avanza al tiempo que los partidos nacionales retroceden. Esto deja un escenario muy complejo para la gobernabilidad futura. Villarán no contará con alcaldes distritales, aunque si regidores en varios distritos, y es probable que el próximo presidente no sea precisamente un aliado. Inevitablemente tendrá que tener un buen diálogo con unos y otros. Lo mismo le ocurrirá al futuro presidente, que tendrá que lidiar con una mayoría de gobiernos regionales a cuyo frente se encuentran caudillos locales. En el escenario que se está configurando la sensación que nos queda es que vamos a necesitar políticos capaces de dialogar y concertar, ante la miríada de proyectos políticos locales de difícil articulación.

Hace cuatro años atrás, un compungido Alan García confesaba a la prensa haber llorado la derrota del APRA en Trujillo a manos de César Acuña. Hasta el momento no se ha manifestado, pero la derrota en el corazón del sólido norte es un hecho. Acuña es reelegido y su partido, Alianza para el Progreso, parece tomar la posta en el antiguo bastión del partido de la estrella. Para el APRA la derrota lo vuelve más dependiente de García, sin él en la contienda no hay quien arrastre una locomotora que luce anquilosada. Ni la mano que el ex premier Velásquez Quesquén diera a su preferido en Lambayeque parece dar resultado, como tampoco lo dio en las demás regiones. En Lima, donde soterradamente se trabajó por la candidatura de Lourdes Flores, el éxito también se mostró esquivo en los distritos, y nos encontramos con la paradoja de que el partido de gobierno que se jacta de haber capeado la crisis económica, sacar a miles de peruanos de la pobreza y otras linduras, no recibe el favor de los electores. El triunfo de Susana en Lima ha de ser otro golpe que tal vez merezca el sollozo presidencial.

Al momento de cerrar esta columna, la página web de la ONPE no tiene resultados definitivos en ninguna de las circunscripciones electorales del país. Ni siquiera del referéndum del FONAVI, aunque se da por descontado el triunfo del Si. La demora en la entrega de resultados, los problemas ocurridos en algunos locales de votación y la actitud de algunos personeros nos hace pensar que es hora de hacer una revisión del funcionamiento de los organismos electorales. Ante la fragmentación extrema, lo cual dificulta enormemente el conteo en las mesas y da lugar a maniobras de todo tipo de parte de los personeros, una alternativa confiable puede ser la implementación del voto electrónico. Pero mientras sigan primando las malas artes de quienes se han formado en la misma escuela de Barba Caballero, parece poco probable que haya cambios en ese sentido.

Publicado en NoticiasSER.pe - 07/10/2010