jueves, 5 de mayo de 2011

El primero de mayo y la tradición

Al referirse al primero de mayo se ha hecho frecuente escuchar a comunicadores y autoridades hablar indistintamente del día de los trabajadores y del día del trabajo, como si ambas expresiones tuviesen un mismo significado.

En homenaje a los mártires de Chicago el primero el primero de mayo de 1904 los jornaleros del puerto del Callao se declararon en huelga reclamando las ocho horas de trabajo, aumento de salarios y una vida más digna. La huelga se prolongaría varios días y como consecuencia de la represión policial a la protesta resulto muerto el jornalero Florencio Aliaga, quien es considerado el primer mártir de las luchas obreras en el Perú. Hay quienes han interpretado que con el inicio de esta huelga, por su plataforma reivindicativa, los métodos de lucha y lo simbólico de la fecha elegida, como el nacimiento del movimiento obrero en el país.

Al año siguiente, en 1905, los grupos anarquistas de nuestro medio organizan bajo el liderazgo de la federación de panaderos “Estrella del Perú”, la primera celebración del día de los trabajadores, invitando a los obreros de Lima y Callao a participar de las actividades. La jornada comenzó con una romería a la tumba de Aliaga en el Cementerio Baquíjano y continuó en la noche en el local de los panaderos donde Manuel C. Lévano anunció la ruptura con el mutualismo. En sus inicios las actividades de la jornada comprendían el desfile obrero por las calles de Lima, la concentración en la plaza 2 de mayo, la romería a la tumba del mártir obrero y un acto político-cultural en que se alternaban los discursos con la presentación de obras de corte revolucionario. Con el tiempo la tradición se irá modificando, pero sin alterar su significado, como día de lucha y reivindicación de los trabajadores.

La tradición emergió a nivel mundial de manera casi espontánea y con singular rapidez se expandió por América y el viejo continente, en sus inicios las movilizaciones eran una manifestación simultánea por la exigencia de las ocho horas de trabajo. Las circunstancias locales harán que se incorporen otras reivindicaciones, ampliación de derechos, leyes sociales y reclamos de ciudadanía.

A poco de inventada la tradición del primero de mayo en nuestro país, surge otra versión en pugna con la anterior y que desde entonces ha querido quitarle lo que de subversivo tiene la jornada. Esta otra, celebra el día del trabajo asignándole a la fecha un carácter festivo. En mayo de 1912 en las páginas de El Comercio aparecía un artículo titulado La Fiesta del Trabajo, en el se invitaba a ver el primero de mayo como un día de confraternidad para las clases proletarias. El articulista mencionaba que agitadores de mala fe intentaban explotar el sentimiento de los obreros y los sugestionan para encender en ellos el odio contra el capital y agrega, “los trabajadores contemporáneos  tratan de solidarizar sus esfuerzos en todos los países para concurrir a la labor común: el bienestar social y el progreso por medio de la libertad. El 1 de mayo no debe considerarse como una efeméride revolucionaria, como un pretexto de desórdenes y de reyertas sangrientas, sino como la fiesta del trabajo. Es un día de confraternidad para las clases proletarias”. Culminaba invocando a la armonía del capital y el trabajo, como factores de la prosperidad nacional.

Desde entonces, ambas tradiciones perduran, predominando en la escena oficial la que presenta al primero de mayo como un día de festivo y de regocijo para los trabajadores ocultando su alcance reivindicativo. Así lo dejaron en claro Alan García y la Ministra de Trabajo el pasado domingo, que en una ceremonia autocomplaciente por el “día del trabajo” expusieron los logros del gobierno en materia laboral y un recuento de las 130 mil obras del gobierno.

Sin pretensiones de aguafiestas el presidente de ADEX le recordó al gobierno que el 70% de la PEA trabaja en la informalidad. Sindicalistas y abogados laboralistas mencionaron a su vez que la Ley General de Trabajo espera hace diez años ser aprobada en el Congreso, que el Estado ha incrementado el número de contratos temporales, que los contratos de trabajo no respetan la libertad de organización, el derecho a la negociación colectiva y que más de dos terceras partes de los trabajadores gana el salario mínimo, o menos.

Las tradiciones así como se inventan se transforman, asumen nuevos significados o simplemente mueren. En nuestros días la celebración del primero de mayo  tiene un carácter híbrido entre la protesta tenue, casi desapercibida y una fiesta oficial a puertas cerradas en el ministerio.

Publicado en NoticiasSER.pe - 5/5/2011

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